Capítulo 90
Capítulo 90
Capítulo 90
Christopher llevó a Kathleen a su casa y la condujo hasta la entrada de la mansión,
-Hemos llegado -dijo Christopher con calidez. Kathleen miró el edificio blanco que había fuera de la ventanilla de su coche y comento:
–Gracias por traerme a casa, Chris.
-No hace falta que me des las gracias, Kate. Está bien. -A Christopher le disgustaba que fuera tan distante.
A pesar de eso, sabia que si se confesaba con ella, lo rechazaria.
-Me pondré en marcha entonces -Kathleen empujó la puerta del coche y salió. Christopher se quedó mirando la esbelta figura de la dama mientras ella desaparecia de su vista.
Tal vez debería darle más tiempo y no obligarla a tomar una decisión tan rápido.
Una vez que Kathleen entró en su casa, Charles bajó las escaleras. Property of Nô)(velDr(a)ma.Org.
-¿Te has divertido?-le preguntó preocupado. Kathleen negó con la cabeza.
-Me encontré con Samuel.
-¿Qué estaba haciendo ahi? -Charles caminó y se puso delante de ella.
-No fue nada. Queria que visitara a la abuela -respondió Kathleen y fruncio los labios-: ¡Y lo haré! Pero acabo de volver. La visitaré. Es sólo cuestión de tiempo. Cuál es la prisa, caramba.
Carlos sabia que Kathleen trataba y quería a Diana como a su propia abuela.
-¿Cuando la visitarás? Ire contigo.
– Tre mañana -respondió Kathleen después de pensarlo por un momento-. De todos modos, creo que Samuel supondrá que la visitare varios días después, pero quiero pillarle desprevenido visitando a la abuela antes.
Charles sonrió.
-De acuerdo, entonces preparare unos regalos.
-No compres nada demasiado fastuoso o caro, de lo contrario pensará que no estamos siendo sinceros -dijo Kathleen antes de añadir-: Creo que será mejor que prepare yo misma los regalos. Después de todo, se lo que le gusta.
Charles se rio:
-¿No confias en mi, en tu propio hermano? No te preocupes. Se lo que hay que hacer. Sólo tienes que ir a descansar.
Kathleen resoplo:
-Si tú lo dices. – Asintió y subió las escaleras con los tacones puestos.
Charles retiró la mirada. Una pizca de frialdad brilló en sus ojos, «Samuel es un pesado!», se molestó.
Al día siguiente, ambos visitaron a Diana en la residencia Macari. Durante el último año, ella se mantuvo en contacto con la anciana con frecuencia. Sin embargo, nunca se vieron cara a cara.
Cuando Kathleen llego a la residencia, todos se alegraron de verla. Después de todo, había vivido alli durante unos años. Además, era amable, por lo que todos la querian.
La habian echado de menos durante el último año.
-¡Abucla! –cuando Kathleen vio a Diana, corrió hacia ella y la abrazo.
Diana se había recuperado bien en este último año. Ahora podia bajarse de la cama y caminar sola.
-¡Oh, mi dulce Katie está aqui! Jaja!-exclamó con alegria.
se disculpo Kathleen con tristeza,
-Abuela, he vuelto. Siento haberte preocupado durante este último año como si se culpara a si misma.
-Tonta, no es tu culpa. Somos nosotras las que te decepcionamos -dijo Diana mientras acariciaba la cabeza de Kathleen-: Ven aqui y siéntate conmigo.
Entonces, la solto. Con una ligera risa, presentó a su hermano:
-Abuela, déjame presentarte a Charles. Este es Charles Johnson, mi hermano mayor.
Diana se quedó un poco sorprendida:
-¿Tu hermano?
Charles dio un paso adelante:
-Encantado de conocerla, señora Macari. Soy el hermano mayor de Kate, Charles Johnson.
-¿Tienes un hermano? – preguntó extrañada.
-Si -Kathleen asintió y continuó-: En realidad, perdimos a mi hermano cuando nació. Pasó por muchas manos antes de ser vendido al extranjero. Sólo nos reunimos con el el año pasado.
-¡Dios mio! -exclamó Diana y miro a Carlos con lástima-: Pobrecito, has sufrido mucho. Ven aquiy Siéntate.
Tomando la mano de Carlos, Diana y la pareja de hermanos se sentaron.
La anciana escrutó el rostro de Carlos y asintió:
-Tienes los ojos de tu padre.
explico Kathleen, sonriendo.
-Abuela, mi hermano y yo ya habíamos hecho la prueba de ADN
Diana asintió:
-Eso está bien, pero es un verdadero milagro.
–Me lo contaron mis padres cuando era joven. Creían que mi hermano había fallecido. Cada vez que lo mencionaban, mi madrelloraba, asi que todo el mundo se cuidaba de no hablar más de él porque temian que mi madre llorara a mares continuo explicando.
-Esto es natural. Como eres hermano de Katie, entonces Charles, también eres mi nieto más querido. A partir de ahora, yo tambien te querré -dijo Diana con un brillo en los ojos.
Gracias, abuela. – Carlos también sonrió. Parecia que Diana era una persona agradable.
-Maria, por favor, llama a Calvin y a Wynnie. Quiero que vuelvan para comer -Diana estaba encantada-. ¡Tendremos un almuerzo familiar! -exclamó.
Aunque había dicho que era un almuerzo familiar, no invitó a Samuel.
En ese instante, Kathleen supo que Diana tenia en mente sus mejores intereses. A pesar de ello, sólo esperaba poder llevarse bien con su antiguo marido. Eso sólo podia funcionar si Samuel estaba dispuesto.
-Si, vieja señora Macari – dijo Maria con una sonrisa-. Prepararé algo que a la Sra. … Sra. Johnson le gusta.
Sonriendo, Kathleen no le dio importancia al error de María. La verdad era que no era la única que necesitaba acostumbrarse a su nueva identidad, ya que la propia Kathleen también necesitaba acostumbrarse.
Maria miro por la ventana.
-Vieja señora Macari, el señor Samuel ha vuelto.
-¿Que? – Diana entró en pánico. «¿Por qué ha vuelto ese mocoso ahora?>>
– Abuela, está bien -dijo Kathleen mientras rodeaba la mano de Diana con sus manos-: Está bien. Hemos acordado que nos trataremos como hermanos cuando nos divorciemos.
La otra mano de Diana agarró la de Kathleen en respuesta. «Su mano está tan fria. De seguro no quiere ver a Samuel. ¡Mira lo mucho que la debe haber asustado ese mocoso!>>
Mientras charlaban, Samuel entró en la casa. Sus ojos almendrados se entrecerraron al ver al trio en el salón.
-¿Por qué estáis aqui? – preguntó Diana, con la desaprobación obvia en su expresión.
– Documentos -dijo Samuel sin expresión antes de añadir-: Los dejé aqui ayer.
-¡Hmph! -se burlo Diana.
Kathleen se sorprendió un poco: «Está Samuel viviendo en la residencia de los Macari? Creia que vivia en el condominio
Florinia Manor era la mansión en la que Samuel solla vivir.
El hombre lanzó una mirada a Kathleen. Llevaba un sucter rosado y una falda negra con vuelo. Se veía lindav
recatada
Por otro lado, Charles iba vestido con un traje negro formal y una camisa blanca, lo que le hacia parecer un hombre de élite. Sin embargo, su mirada tenia un aspecto salvaje.
-Marchate cuando tengas tu documento-insto Diana con disgusto.
-Mm-tarareo Samuel de acuerdo, pero tenia un aspecto sombrio.
Frunciendo los labios, Kathleen lo miro y luego a Diana. Él se dio la vuelta y subió las escaleras en busca de sus papeles.
-Abuela, ¿siempre se queda Samuel aqui? – pregunto Kathleen con curiosidad.
-A veces — respondió Diana. Kathleen asintió.
En ese momento, Samuel bajo las escaleras con un documento en la mano.
– Ya me voy -dijo mirando a Diana. Sin embargo, ésta le ignoro y permaneció en silencio.
Sin expresión, se dirigió con grandes pasos a la entrada.
Antes de que pudiera marcharse, Kathleen se levantó y le llamo:
-Samuel.
Detuvo sus pasos de golpe, se dio la vuelta y camino hacia ella.
Atonita, Kathleen retrocedió dos pasos por instinto.
-Oiga, Sr. Macari. ¿No sabe que tiene que mantener una distancia? -exclamó Charles, molesto.
«¿Por qué tiene que venir hasta aqui? Mi hermana solo le ha llamado. Podia haberse quedado ahí parado y haber contestado».
-Mirar a alguien a los ojos y hablar con la persona cara a cara es la forma educada de interacción. – Entonces, Samuel miró a Kathleen antes de decir despacio-: ¿Qué pasa?
Kathleen se puso un poco nerviosa porque no estaba acostumbrada a hablar con él estando tan cerca. No obstante, invitó:
–Ven a comer con nosotros.