Capítulo 62
Capítulo 62
Capítulo 62
Samuel llevó a Kathleen a comer. Por pura coincidencia, se encontraron con Michelle Yoeger, que era la segunda hija de la familia Yoeger.
Michelle y Kathleen apenas se cruzaban. Sin embargo, a Michelle tampoco le caia bien Nicolette.
Por ello, cuando Kathleen se levantó para ir al baño, abandonó su mesa y la detuvo antes de que pudiera entrar.
Eso hizo que Kathleen frunciera el ceño. Preguntó:
-¿Pasa algo, señora Yoeger?
-¿No és obvio? ¿Por qué iba a buscarte si no? – Michelle se cepillo el pelo y comentó-: Es decir, eres un encanto. ¿Por qué no podrias manejar a tu hombre?
Kathleen se quedó sin palabras. Michelle la evaluó y siguió:
-Es más, eres idéntica a Nicolette. Es imposible que no haya sentido nada por ti.
-Sra. Yoeger, espero que no me moleste con respecto a Samuel y Nicolette -Kathleen frunció los labios y continuo-: No es asunto mio.
-¿Cómo es que eso no es asunto tuyo?-la mujer entró en pánico-. Está tratando de arrebatarte a tu marido. Es tu marido, ¿verdad? No actúes como un espectador. O parece que yo me preocupo más por tu matrimonio.
-Señora Yoeger, no hay nada que pueda hacer al respecto -dijo con sobriedad-. Por lo tanto, por favor, deje de buscarme por este asunto.
– ¿Por qué no me pides ayuda? Sé cómo manejar a un hombre. ¿Debo enseñarte?
– He oido que acaba de romper con su novio el mes pasado, Sra. Yoeger – Kathleen frunció los labios-. Sus relaciones no duran más de dos meses. Algunos chicos incluso salieron con usted por su condición de hija de una familia reconocida. Pero todos rompieron a los pocos dias porque no la soportaban.
Esta vez, Michelle se quedó sin palabras.
-¿Cómo lo sabes? ¿Me has investigado? -estaba atónita-. ¿Estás interesada en mi? -Estaba aterrorizada y se abrazo a sí misma.
Kathleen suspiro:
– No. Usted es demasiado lamosa. Lo he oido de otros.
-ideje! Asi que soy asi de famosa? – Michelle actuó con timidez de repente-. A decir verdad, me estoy preparando para debutar.
Una vez más, Kathleen se quedó sin palabras. No podia creer que Michelle no entendiera a que se referia.
-Oh, nos estamos saliendo del tema – frunció las cejas y continuo-: De todos modos, no dejes que esa
pequeña zorra, Nicolette, consiga lo que quiere. ¿Entendido?
Kathleen se quedo callada, sin saber como responder.
Entiendes lo que acabo de decir? – Michelle puso una de sus manos en el hombro de Kathleen-: Acércate a mi si necesitas ayuda de la familia Yoeger. Toma, este es mi número de teléfono.
Metio una pequena nota en su bolsillo con la otra mano. Luego, se dio la vuelta y se fue.
Cuando Samuel y Kathleen fueron a pagar su factura, se encontraron con que Michelle ya la habia pagado antes que ellos. Con los labios fruncidos, la cajera dijo en voz baja:
-La señora Yoeger tiene algo que decirles a los dos.
-¿Que es? – preguntó Samuel con frialdad.
– Dijo que esperaba un matrimonio feliz y duradero para ambos-tartamudeo-: Y también que había echado una maldición sobre la comida.
Samuel y Kathleen se quedaron sin palabras. Pensaron que Michelle estaba haciendo el ridículo. Luego, salieron juntos del restaurante.
-Tienes el número de contacto de Michelle, ¿no? Vamos a pagarle la comida -sugirió ella.
-Está bien. Es sólo una comida. Ya encontrare una oportunidad para recompensarla -respondió el con indiferencia.
-Bueno, no te molestes por lo que dijo. Ella sólo estaba… -Kathleen se quedó sin palabras y no sabia como justificar las acciones de Michelle.
-¿Por qué iba a molestarme? -Samuel frunció las cejas-. ¿Hizo algo malo?
-Ella… Ella esperaba que tuviéramos un matrimonio duradero -dijo con el ceño fruncido.
-¿No nos está deseando lo mejor? -Samuel estaba confundido.
-Si, Michelle tenia buenas intenciones. Pero no es adecuado para nosotros -explicó-. Si tenemos un matrimonio duradero, entonces ¿qué pasa con Nicolette?
-Bueno, entonces es inevitable – comentó con indiferencia.
Lo que dijo Samuel le dio a Kathleen un dolor de cabeza. Ella pensó que el no entendia lo que queria decir. Sin embargo, de hecho, Samuel sabia muy bien a que se referia.
La farnilia Yoeger odiaba a Nicolette más que la familia Macari. Nadie de la familia Yoeger tenia sentimientos positivos hacia Nicolette.
Samuel no entendia por que la mujer que el consideraba lamentable parecia maliciosa a sus ojos.
Luego, llevó a su esposa a la casa. En el camino de vuelta, no pronunciaron ni una palabra mas. Sin ahorrar otra mirada, Samuel fue justo después de dejarla,
Odd ved
Kathleen lanzó un fuerte suspiro. Luego, recogió SUS cosas y se fue a la residencia de los Evans para Madeline.
Pronto, llego.
Desde que sus padres fallecieron. ya no vivía en su antiguo barrio. Property belongs to Nôvel(D)r/ama.Org.
Su casa era una unidad de asignación en el campo. Por eso, cuando sus padres fallecieron, se la quitaron.
Federick tambien se mudó cuando se casó. Se mudó a una villa.
Cuando Kathleen volvió a ver a la madre de Federick, Lily Abbott, le pareció que ésta había envejecido mucho. Parecia mucho mayor que la gente de su edad.
-Señora Evans -la saludo mientras la miraba con atención.
Lily miro a Kathleen y dijo emocionada:
-¡Oh, es Kate!
-Si-asintió-, Ha pasado mucho tiempo.
-Es cierto. Ha pasado mucho tiempo. Ya has crecido -Lily tomó las manos de la joven y dijo-: Has crecido con gracia. Tus padres deben estar tranquilos.
Kathleen lucia una sonrisa melancolica. La anciana tiró de ella para que se sentara en el sofa.
– Me enteré por Federick que fuiste tú quien encontró a Madeline.
-Fuimos Samuel y yo -explicó Kathleen.
Lily habia visto las noticias.
-Si. Lo sé. Les agradezco.
-Para nada, Sra. Evans. Bien, ¿dónde está Madeline?
-En su habitación -sonrio-. Te llevaré hasta ella.
-De acuerdo. – Kathleen asintió.
Luego, la Sra. Evans la llevó a la habitación de Madeline. El diseño parecia adorable. Además, todos los bordes de los muebles tenian un acabado redondo sin aristas. Era evidente que Federick queria mantenerla a salvo, aunque no lo expresara tan seguido.
-Madeline, adivina quién está aquí. -Lily sonaba muy amable. Sin embargo, la niña no le respondio. Permanecio sentada en su silla sin moverse ni un centimetro
Al ver eso, Lily dejó escapar un suspiro:
-Madeline -saludo Kathleen y se acercó a ella,
– Katie! -Madeline respondió de inmediato, haciendo que la anciana las mirara con asombro.
Kathleen se puso en cuclillas frente a Madeline y agitó la bolsa en su mano.
-He traido la ropa que hice para tu muñeca, ¿Las probamos?
-¡Sí! — Madeline sonrio.
Lily estaba sorprendida por lo que veía. Habían pasado mucho tiempo, pero no había respuesta de Madeline. Sin embargo, tomó la iniciativa de hablar cuando vio a Kathleen. ¡Fue impresionante!
Despues, ambas jugaron en la habitación.
Madeline empezó poco a poco a hablar más que de costumbre.
Aun asi, Lily se alegro.
Esa misma noche, Kathleen seguia en la residencia de los Evans cuando Federick llegó a casa, y la invitaron a cenar. No le pareció educado rechazar la invitación, asi que aceptó.
-Federick, Kathleen estuvo impresionante -Lily sonaba emocionada-: Ella podia interactuar con Madeline.
-Madeline la quiere -explico Federick.
La anciana soltó un suspiro de repente,
-¿Que pasa? – Federick frunció el ceño.
-Seria genial que Kathleen fuera tu esposa.
– Mamá, no seas ridicula -regañó Federick. Lily sabia que también debía vigilar lo que decía.
En ese momento, Kathleen salió de la habitación:
-Señora Evans, Federick, tengo que irme ya. Samuel ha venido a recogerme.
Madeline salió tambien y se agarró con fuerza a la mano de Kathleen, sin querer soltarla.
Federick sonrió.
-¿Por qué no invitamos al Sr. Macari a cenar también?